A los oftalmólogos del New York Eye and Ear Infirmary of Mount Sinai no les sorprendió que los frascos de colirios multiuso se tiraran habitualmente a la basura mucho antes de la fecha de caducidad impresa en el frasco y regulada por la Food and Drug Administration (FDA). Pero los resultados de su estudio, en el que cuantificaban los residuos, les dejaron atónitos. Por término medio, el 72% de la medicación permanecía en los frascos en el momento de desechar las gotas.
Los resultados, presentados esta semana en AAO 2024, la 128ª reunión anual de la Academia Americana de Oftalmología, sugieren que el simple cumplimiento de las fechas de caducidad reguladas por la FDA no sólo podría reducir los residuos de medicamentos y plásticos, sino también ahorrar millones de dólares al año, y potencialmente prevenir la escasez de gotas oftalmológicas en todo el país.
“Nos sorprendió mucho la cantidad de medicamentos que se desperdiciaban”, afirma el investigador John Tan, del New York Eye and Ear Infirmary of Mount Sinai. “Esperamos que las clínicas y los proveedores utilicen la fecha de caducidad regulada por la FDA e impresa en cada frasco. Teniendo en cuenta la frecuente escasez de medicamentos a la que tenemos que hacer frente, ésta es una forma sencilla de reducir la presión sobre nuestro suministro de medicamentos oftálmicos.”
Los centros médicos académicos y los sistemas de atención sanitaria tiran los frascos de gotas oftalmológicas multiuso mucho antes de la fecha de caducidad regulada por la FDA por extrema precaución. Sin embargo, estas fechas autoimpuestas no se basan en pruebas y no evitan la contaminación, ya que no se han notificado infecciones por los frascos con cuentagotas regulados por la FDA utilizados en entornos clínicos cuando se siguen las precauciones adecuadas de almacenamiento del frasco y administración de las gotas. Las fechas de caducidad reguladas por la FDA se basan en pruebas exhaustivas de la gota en el envase comercializado con los conservantes adecuados.
Para realizar el estudio, Tan y sus colegas recogieron 297 frascos de colirio desechados en tres centros quirúrgicos del Sistema de Salud Mount Sinai durante un periodo de seis semanas. Midieron el volumen de medicamento restante en cada frasco y calcularon el número de gotas que representaba cada uno, así como la cantidad de residuos plásticos y de costes.
Las botellas solían desecharse entre 14 y 28 días después de su primer uso. Es decir, casi un año y medio antes de la fecha de caducidad indicada en los frascos. Por término medio, el 72% de la medicación permanecía en los frascos desechados. Si se hubieran respetado las fechas de caducidad indicadas por el fabricante, se calcula que el 91% de los frascos se habrían utilizado por completo antes de desecharlos y el sistema sanitario habría ahorrado 80.997 dólares al año en tres clínicas.
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