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Nuevas perspectivas en la prevención y tratamiento de enfermedades retinianas

La investigación en el campo de las enfermedades retinianas avanza rápidamente, ofreciendo esperanza tanto para personas jóvenes como mayores que enfrentan pérdida visual. Por un lado, la edición genética de alta precisión se posiciona como una herramienta prometedora para tratar enfermedades hereditarias como la de Stargardt. Por otro, la relación entre hipoxia nocturna y degeneración macular neovascular relacionada con la edad (nAMD) abre nuevas posibilidades en la prevención de esta forma severa de pérdida de visión. A continuación, se presentan dos estudios recientes que marcan hitos importantes en la oftalmología.

La edición genética de precisión podría prevenir la pérdida de visión por enfermedad de Stargardt

Un equipo de investigación liderado por los profesores Bence György y Botond Roska, del Instituto de Oftalmología Molecular y Clínica de Basilea (IOB) y la Universidad de Basilea, ha desarrollado una terapia que corrige la causa genética de la enfermedad de Stargardt. Los resultados del estudio, realizado en colaboración con científicos de la empresa biotecnológica Beam Therapeutics, fueron publicados en la revista Nature Medicine.

La enfermedad de Stargardt, que afecta a una de cada 6,500 personas, se considera una enfermedad rara. Los pacientes experimentan una pérdida progresiva de la visión central, dificultando actividades como el reconocimiento de rostros y la lectura. Los síntomas suelen aparecer antes de los 20 años, a menudo en la infancia, y actualmente no existe un tratamiento efectivo.

Corrigiendo la mutación más común: el equipo utilizó una técnica conocida como “edición de bases”, que permite reemplazar componentes individuales del ADN, llamados bases nucleotídicas. Para esta terapia, los investigadores diseñaron un sistema molecular que actúa sobre la adenina, una base específica del genoma, utilizando vectores virales modificados para introducir el sistema en las células retinianas. El objetivo es corregir la mutación más común asociada con la enfermedad de Stargardt.

“Nuestra aproximación logra tasas de corrección genética notablemente altas”, afirmó György. “Observamos tasas de edición promedio del 75 % en las células cono y del 87 % en las células epiteliales del pigmento retinal, muy por encima de lo necesario para proporcionar beneficios clínicos a los pacientes”.

Comprobado en tejido humano: la técnica fue probada en tejido humano, incluidas retinas de donantes de órganos. Los investigadores están optimistas sobre su potencial de ser aplicada en pacientes.

Alissa Muller, autora principal y estudiante doctoral en el IOB, destacó la precisión y seguridad del método: “Realizamos análisis exhaustivos para descartar ediciones no deseadas y no encontramos evidencia de alteraciones en la retina ni en otras partes del cuerpo. Esto es crucial para desarrollar una terapia segura y efectiva”.

Aplicable a otras enfermedades hereditarias de la retina: además, los investigadores subrayaron que esta técnica de edición de bases podría adaptarse para tratar otras enfermedades hereditarias de la retina causadas por mutaciones similares. Este avance representa un progreso significativo en la terapia génica ocular.

Los próximos pasos incluirán estudios adicionales de seguridad y preparativos para ensayos clínicos. Si tiene éxito, esta innovadora terapia podría ofrecer esperanza a miles de personas afectadas por la enfermedad de Stargardt y otros trastornos hereditarios de la retina.

Más información:

Alissa Muller et al., High-efficiency base editing in the retina in primates and human tissues, Nature Medicine (2025). DOI: 10.1038/s41591-024-03422-8

Investigadores asocian la hipoxia nocturna con la degeneración macular neovascular relacionada con la edad (DMREn)

Un equipo de investigadores australianos ha identificado una relación entre la hipoxia nocturna y la degeneración macular neovascular relacionada con la edad (DMREn). Según la Dra. Attiqa Chaudhary, MBBS, de Eye Research Australia, Royal Victorian Eye and Ear Hospital, y la Universidad de Melbourne, actuar sobre esta relación podría prevenir DMREn en ciertos pacientes.

La hipoxia nocturna, común y poco diagnosticada, ocurre con frecuencia en el mismo grupo demográfico en riesgo de desarrollar DMRE. Para evaluar esta asociación, los investigadores realizaron un estudio transversal que buscaba determinar la relación entre la hipoxia nocturna y la DMRE, su gravedad y el subfenotipo de alto riesgo conocido como pseudodrusen reticulares (RPD, por sus siglas en inglés).

Factores de riesgo modificables y metodología: “Identificar factores de riesgo modificables adicionales podría complementar las estrategias actuales de mitigación mientras esperamos intervenciones dirigidas, además de aumentar nuestra comprensión de la patogénesis de la DMRE”, señalaron los autores.

El estudio incluyó pacientes de 50 años o más con diagnóstico de DMRE, junto con un grupo de control sin la enfermedad. Se excluyeron participantes con antecedentes o tratamiento previo de apnea del sueño. Los participantes realizaron mediciones de oximetría de pulso durante la noche (hasta tres noches) y se sometieron a imágenes multimodales para clasificar la DMRE. La apnea obstructiva del sueño (AOS) se clasificó según el índice de desaturación de oxígeno (IDO): leve (5-15) y moderada-severa (valores mayores a 15).

Principales hallazgos del estudio: el análisis incluyó 225 participantes, de los cuales el 76 % tenía DMRE, y el 42 % de ellos presentaba RPD. Los estadios de DMRE en los pacientes fueron:

  • 53% con DMRE temprana/intermedia,
  • 30% con atrofia geográfica (AG), y
  • 17% con DMREn.

Aunque la AOS leve o moderada-severa no estuvo asociada con mayor probabilidad de presentar DMRE o DMRE con RPD (p ≥ 0.180), la AOS moderada-severa sí se relacionó con mayor probabilidad de desarrollar DMREn (razón de probabilidades = 6.35; intervalo de confianza del 95% = 1.18 a 34.28; p = 0.032). Por otro lado, la AOS leve no mostró relación con un mayor riesgo de DMRE en ninguno de sus estadios (p ≥ 0.277).

Implicaciones clínicas y futuras investigaciones: los investigadores destacaron que los resultados obtenidos mediante mediciones objetivas de saturación de oxígeno con oximetría nocturna sugieren que la hipoxia nocturna podría ser un nuevo factor de riesgo modificable, especialmente en casos de DMREn.

“Estos hallazgos podrían contribuir al desarrollo de estrategias adicionales para mitigar el riesgo de desarrollar DMREn, la forma tardía de DMRE que amenaza gravemente la visión”, explicó el equipo. También señalaron la necesidad de realizar estudios longitudinales más amplios y con polisomnografía formal para explorar más a fondo esta asociación.

Referencia:
Chaudhary A, Abbott CJ, Wu Z, et al. Nocturnal hypoxia and age-related macular degeneration. Clin Exp Ophthalmol. 2024; https://doi.org/10.1111/ceo.14428