Un nuevo análisis presentado en la 129.ª reunión anual de la American Academy of Ophthalmology cuestiona una de las interpretaciones más recientes sobre el papel de los suplementos AREDS en la atrofia geográfica (AG). Aunque históricamente las formulaciones AREDS y AREDS2 han sido recomendadas para retrasar la progresión hacia etapas avanzadas de la degeneración macular relacionada con la edad (DMRE), especialmente la forma neovascular, su impacto sobre la AG vuelve a ser tema de debate.
A comienzos de este año, una reevaluación conjunta de AREDS y AREDS2 —liderada por Keenan y colaboradores— sugirió que los antioxidantes y vitaminas podrían ralentizar entre 22 y 34 μm/año la progresión de la AG hacia la fóvea en pacientes con DMRE avanzada. La observación generó interés inmediato, en parte porque los estudios originales no habían demostrado beneficios en la forma seca avanzada de la enfermedad.
Sin embargo, Rishi P. Singh, MD, presidente entrante del Departamento de Oftalmología de Mass Eye and Ear y Mass General Brigham, presentó un análisis que contradice aquellos hallazgos. El grupo revisó datos de los estudios OAKS y DERBY —ensayos pivotal que evaluaron pegcetacoplan y que incluyeron más de 1.200 ojos no tratados— empleando técnicas de imagen contemporáneas: autofluorescencia de fondo de ojo y tomografía de coherencia óptica (OCT). Estas herramientas, ahora estándar regulatorio, permiten una medición más precisa y reproducible del crecimiento de la AG que la fotografía de fondo de ojo utilizada en los años noventa y dos mil.
El resultado fue concluyente: no se observaron efectos significativos de AREDS o AREDS2 sobre el crecimiento global de la atrofia geográfica, ni sobre su progresión hacia la fóvea. Los autores sugieren que el beneficio reportado previamente podría deberse a limitaciones metodológicas de las técnicas antiguas, aunque también influyen las diferencias en las poblaciones de estudio y en los tiempos de seguimiento. Un análisis independiente de los ensayos CHROMA y SPECTRI llegó a conclusiones similares.
Este hallazgo adquiere mayor relevancia en el contexto actual, en el que ya existen terapias aprobadas por la FDA —pegcetacoplan y avacincaptad pegol— con evidencia robusta que demuestra reducción en la velocidad de progresión de la AG. Ambas representan las primeras herramientas terapéuticas para una condición que afecta a más de cinco millones de personas en el mundo.
Aunque los suplementos AREDS mantienen su lugar en la prevención de progresión hacia DMRE neovascular en pacientes de alto riesgo, el Dr. Singh enfatiza prudencia al extrapolar sus beneficios a la atrofia geográfica: “Hasta que contemos con datos provenientes de estudios prospectivos aleatorizados, no sabemos si los antioxidantes o pigmentos maculares como la luteína tienen efectos beneficiosos en la AG”. También invita a los pacientes a discutir con sus especialistas las nuevas opciones terapéuticas disponibles.

