La vitrectomía pars plana (PPV) es una cirugía clave en el manejo de múltiples enfermedades vitreorretinianas. Sin embargo, uno de sus efectos secundarios más comunes es la formación acelerada de catarata, especialmente en pacientes mayores de 50 años. Estudios recientes afirman que hasta el 98 % desarrollará catarata clínicamente significativa en los dos años siguientes a la intervención.
Este fenómeno se atribuye a un aumento sostenido del oxígeno intraocular tras la sustitución del vítreo por solución salina, lo que induce estrés oxidativo en el cristalino. Además, el uso de tamponadores como el gas expansible o el aceite de silicona puede alterar la cápsula y las zónulas, facilitando su deterioro.
A nivel quirúrgico, el abordaje de la catarata post-PPV presenta retos adicionales: desde dificultades en el cálculo del LIO, hasta mayor riesgo de complicaciones como miosis, diálisis zonular o ruptura capsular. Por eso, técnicas como la facoemulsificación cuidadosa, el uso de faco chop y la cirugía asistida por láser de femtosegundo (FLACS) se perfilan como herramientas útiles para mitigar estos riesgos.
Frente a este escenario, los expertos recomiendan una evaluación individualizada y el desarrollo de más estudios clínicos que permitan estandarizar el tratamiento y mejorar los resultados visuales a largo plazo.
Fuente:
- Lee BJ, Jun JH, Afshari NA. Challenges and outcomes of cataract surgery after vitrectomy. Current Opinion in Ophthalmology. Lippincott Williams and Wilkins; 2024.