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InicioSUPERFICIE OCULARDemodicosis ocular, una condición compleja

Demodicosis ocular, una condición compleja

La blefaritis por Demodex (BD) es una de las enfermedades de la superficie ocular que ha ganado atención en los últimos años. En condiciones normales, este ácaro cumple una función de limpieza de pestañas y del entorno de las glándulas de Meibomio, al nutrirse de bacterias y contribuir a la regulación y amortiguación del sistema inmune. Sin embargo, una proliferación descontrolada provoca demodicosis, la cual, en casos severos, se ha asociado con leucemia, VIH o pacientes con insuficiencia renal crónica en etapa terminal. (1,2)

Existen dos especies que afectan al ser humano: Demodex folliculorum (DF), que se aloja en la lamela anterior del párpado, dentro de los folículos pilosos de las pestañas, y Demodex brevis (DB), cuyo hábitat son las glándulas de Meibomio y que se vincula directamente con la disfunción de dichas glándulas (DGM). El DF es más contagioso, incluso entre personas. La infestación por Demodex muestra un pico en la pubertad, etapa en la que aumenta la secreción de las glándulas sebáceas, lo que sugiere un mayor riesgo en varones adolescentes. (1)

En cuanto a su ultraestructura, el Demodex es un ácaro ectoparásito que habita en piel, cabello, folículos pilosos, músculo erector del pelo y glándulas sebáceas, es decir, en las unidades pilosebáceas. Aunque existen alrededor de 65 especies descritas, solo el DF (0,3–0,4 mm de longitud), y el DB (0.15–0.2 mm de longitud) afectan a los humanos. Los párpados representan un entorno ideal para su supervivencia por la abundancia de células cutáneas muertas y sebo que se encuentran en esta zona. (1)

En cuanto a la anatomía, estos ácaros presentan ocho patas cortas, cuatro a cada lado de la parte superior de su cuerpo, que les permiten avanzar mediante un movimiento rotatorio característico, con una locomoción limitada de 8–16 mm/h. Su ciclo vital es de aproximadamente 15 a 20 días y ponen huevos en la noche. (1)

En la exploración rutinaria, es necesaria una observación rigurosa de las pestañas. Ante la presencia de caspa cilíndrica, (CC), se recomienda extraer dos pestañas y analizarlas al microscopio para identificar morfológica y funcionalmente al Demodex. Para esto es preciso cubrir la pestaña con 20 μL de solución salina. Si la CC permanece compacta, se pipetean 20 μL de alcohol al 100 % o gotas de fluoresceína al 0,25 % en el borde del cubreobjetos. En este caso, el tiempo de observación se amplía hasta 20 minutos para facilitar la migración de los ácaros desde la descamación a un área de mejor visualización. (1) Ver Figura 1.

Figura 1. a. Se observa la caspa cilíndrica característica del Demodex. b. Formación del manguito típico en la base de la pestaña. (1)

Otra técnica de evaluación clínica consiste en rotar la pestaña sobre su eje o realizar una tracción lateral, exclusivamente en aquellas que presenten caspa cilíndrica. Estos movimientos permiten visualizar la emergencia de las colas en forma de cigarro de los ácaros del folículo. Se recomienda mantener la tracción durante unos 30 segundos. Este método resulta menos invasivo y más cómodo para el paciente, siendo útil cuando no es posible la extracción de las pestañas.1

El Demodex Brevis (DB), por su menor tamaño, es más difícil de detectar; suele estar implicado en inflamaciones severas de las glándulas de Meibomio y contribuir a la obstrucción de sus conductos. En contraste, el DF es más visible y se encuentra agrupado alrededor de las pestañas y la piel del párpado. Este último presenta mayor capacidad de transmisión y puede favorecer reacciones alérgicas tipo 1. (1,2)

Se cree que el apareamiento de estos ácaros se produce fuera de los folículos pilosos o glándulas sebáceas; sin embargo, una vez formados los huevos se depositan dentro de los folículos y glándulas. En su nutrición, el DF consume células epiteliales y sebo mediante digestión externa, gracias a la acción de las proteasas y lipasas presentes en sus glándulas salivares, para luego absorber el material digerido. El Demodex carece de sistema excretor definido; por lo que sus desechos metabólicos se traducen en forma de caspa folicular y desechos lipídicos que finalmente se acumularán en collaretes circundando la base de las pestañas. Al final de su ciclo vital, el propio ácaro formará parte de la fila de desechos. (1)

En la fisiopatología de la demodicosis ocular, Chatterjee y colaboradores (2025) señalan que estos ácaros se transfieren por contacto directo piel con piel. El daño ocular se produce cuando consumen el revestimiento de los folículos para depositar sus huevos, lo que provoca distensión del folículo y el crecimiento anómalo de las pestañas. Además, la obstrucción mecánica de los conductos sebáceos en pestañas y en glándulas de Meibomio genera irritación del borde palpebral. El exoesqueleto de quitina del Demodex puede inducir una respuesta inflamatoria generalizada y una reacción granulomatosa similar a un cuerpo extraño, asociándose con la formación de chalaziones. (1)

El trauma mecánico derivado de sus ocho patas, que raspan pestañas y borde palpebral, puede originar inflamación e incluso ulceración de la zona afectada. Se observan dilatación del conducto folicular, hiperqueratinización e inflamación perifolicular no granulomatosa, lo que ocasiona caída de pestañas o alteración de su orientación. Existe una correlación directa entre el número de ácaros presentes, conjuntivitis reactiva y queratitis. Asimismo, puede presentarse queratinización del borde palpebral y reacción de células gigantes en las unidades pilosebáceas del párpado, incrementado el cuadro de blefaritis. (1)

En el caso del DB, su papel en la disfunción de las glándulas de Meibomio (DGM), incluye pérdida y atrofia glandular. La obstrucción se asocia a la acumulación de los restos de ácaros muertos en descomposición, particularmente su exoesqueleto de quitina. En cuanto a la calidad del meibum, su alto valor nutritivo favorece la proliferación de DB. (1)

En la patogenia de la blefaritis por Demodex, se ha descrito la participación de fenómenos de disbiosis, en particular bacteriodisbiosis, en la que los ácaros actúan como vectores. Pueden transportar bacterias en su superficie como Streptococcus y Staphylococcus, o en su tracto digestivo como Bacillus oleronius. Esta relación favorece la producción de antígenos y la activación del sistema inmune ocular. En pacientes con infestación por D. brevis se han observado alteraciones significativas en la microbiota palpebral, confirmando el desequilibrio bacteriano inducido por estos ácaros. Asimismo, el aumento de lípidos en el entorno ocular contribuye a su proliferación. (1)

Chatterjee y colaboradores (2025) reportan que la respuesta inmune frente al Demodex, incluye la sobreexpresión de citocinas proinflamatorias como la IL-1β y la IL-17, junto con un incremento de la metaloproteinasa de matriz 9 (MMP-9). La activación de la vía IL-17/ MMP-9 puede desencadenar una respuesta adversa en términos de la ruptura de la barrera epitelial. (1)

En el cuadro clínico, el prurito es un síntoma característico. Para diferenciarlo del prurito asociado a la conjuntivitis alérgica, debe considerarse que, en la infestación por Demodex, la molestia se presenta principalmente en la noche o en las primeras horas de la mañana, coincidiendo con su mayor actividad. En la conjuntivitis alérgica, en cambio, el prurito predomina durante el día. Este síntoma no estaría mediado por la vía histamínica, sino por la reacción a las mordeduras del ácaro, o a las enzimas lipolíticas que emplea para dirigir el sebo. (1)

Chatterjee y colaboradores (2025) señalan que, además del prurito, la infestación por Demodex puede causar sensación de sequedad, hiperemia, ardor, lagrimeo, sensación de cuerpo extraño y, en casos de sequedad severa, episodios de visión fluctuante. Un hallazgo clave para el diagnóstico es la identificación de detritus característico en las pestañas, con apariencia de caspa cilíndrica. Es importante diferenciarla de los collaretes producidos por estafilococos, que presentan color amarillo dorado, aspecto escamoso y ubicación distal en la pestaña. (1)

En cambio, el detritus cilíndrico asociado a DF se localiza en la base del folículo y permanece allí incluso con el crecimiento de la pestaña. Cuando existe una capa de apariencia cerosa, suele deberse a la hiperqueratinización secundaria a las microabrasiones provocadas por las garras del ácaro. Ese tipo de caspa es difícil de eliminar, incluso mediante microexfoliación y aplicación de compresas calientes. (1)

Para clasificar la severidad de los collaretes, los autores proponen la siguiente escala:

Grado 0: cuando existen de 0 a 2 pestañas con collaretes. 

Grado 1: de 3 a 10 pestañas afectadas. 

Grado 2: más de 10, pero menos de 1/3 de las pestañas con collaretes. 

Grado 3: entre 1/3 y menos de 2/3 de las pestañas afectadas. 

Grado 4: ≥ 2/3 o más de las pestañas afectadas. (3)

El papel patogénico atribuido al Demodex ha llevado a considerarlo un factor clave en el desarrollo y la exacerbación de la DGM. Entre los mecanismos implicados se incluyen la obstrucción de los orificios glandulares, la reacción granulomatosa inducida por el exoesqueleto y la consiguiente respuesta a cuerpo extraño. Asimismo, se ha descrito una relación directa entre la infestación por Demodex y cambios microestructurales en el interior de la glándulas de Meibomio. (1,3)

En particular, DB, se ha vinculado con la producción de meibum de menor calidad debido al aumento de las concentraciones de ácidos grasos (O-acil)-ωhidroxilados (OAHFA), lo que favorece la inestabilidad de la película y agrava la DGM. Esta asociación también se ha relacionado con la aparición de orzuelos crónicos y chalaziones. Se recomienda especial vigilancia en pacientes entre 15 y 35 años, etapa en que la producción de sebo es mayor y la infestación resulta probable. (1)

La respuesta inflamatoria inducida por el ácaro también puede contribuir a la atrofia glandular, alteraciones morfológicas palpebrales, telangiectasias, edema palpebral, madarosis y blefaritis crónica, afectando incluso a la población pediátrica. (1)

Otro aspecto relevante es la relación entre el Demodex y la patología corneal. La proximidad del DB a la córnea facilita la inflamación y el desarrollo de queratitis por Demodex. Se han reportado casos severos inicialmente diagnosticados como queratitis herpética, que no respondieron a tratamiento antiviral, confirmándose posteriormente como demodicosis corneal. Este hallazgo subraya la importancia de considerar la infestación por Demodex dentro del diagnóstico diferencial de queratitis refractarias al manejo convencional. (1) Ver Figura 2.

Figura 2. a. Se observa chalazión en el párpado inferior con hiperemia bulbar inferior moderada, acompañado de infiltrado corneal estéril. b. Tinción corneal con patrón irregular. Ambas condiciones relacionadas con infestación por Demodex de tinción con fluoresceína en la córnea inferior.

Otro aspecto relevante es la asociación entre el Demodex y la vascularización corneal. La presencia de vasos en la región superior e inferior de la córnea puede explicarse por la dispersión de los mediadores químicos secretados por el ácaro, favorecida por el frotamiento palpebral durante el parpadeo.

Asimismo, la infestación crónica de Demodex, causante de blefaritis crónica, podría estar relacionada con la ectasia corneal, cuyo mecanismo desencadenante el frotamiento constante de los párpados debido al prurito característico. (1)

En cuanto a condiciones sistémicas asociadas, se ha documentado que pacientes con VIH en etapas de inmunosupresión presentan una mayor proliferación del ácaro. Este mismo riesgo aplica a cualquier patología que comprometa la inmunocompetencia. En estos casos, resulta esencial diferenciar la queratitis por Demodex de la queratitis herpética, ya que ambas pueden coexistir o manifestarse de forma similar en pacientes inmunosuprimidos. (1)

La diabetes mellitus, especialmente cuando existe mal control glucémico, también incrementa la susceptibilidad y severidad de la infestación. Entre las enfermedades dermatológicas, la rosácea muestra una fuerte asociación con la afectación ocular por Demodex. Chatterjee y colaboradores (2025) reportan que la rosácea —en sus formas eritematotelangiectásica o papulopustulosa— aumenta hasta nueve veces el riesgo de padecer complicaciones derivadas de este parásito. (1)

Otras patologías cutáneas asociadas incluyen acné vulgar, dermatitis seborreica, carcinoma basocelular y carcinoma sebáceo. Esto refuerza la importancia de evaluar la coexistencia de Demodex y enfermedades dermatológicas, ya que la relación puede ser bidireccional: las condiciones cutáneas pueden exacerbar la infestación, y esta última puede agravar la inflamación local. (1)

En conjunto, este panorama evidencia la complejidad de las alteraciones oculares asociadas al Demodex. Una evaluación temprana y un tratamiento adecuado son fundamentales para prevenir desenlaces severos como la blefaroconjuntivitis o la queratitis por demodicosis.

Referencias

  1. Chatterjee S, Gupta J, Srinivas SP, Rao SK. Demodex and the eye – A review. Vol. 73, Indian Journal of Ophthalmology. Wolters Kluwer Medknow Publications; 2025. p. 10–8. 
  2. Sharma N, Martin E, Pearce EI, Hagan S. A Delphi approach to establishing consensus on best practice for the diagnosis and treatment of Demodex blepharitis. Contact Lens and Anterior Eye. el 1 de febrero de 2024;47(1). 
  3. Martínez-Pulgarín DF, Ávila MY, Rodríguez-Morales AJ. Interventions for Demodex blepharitis and their effectiveness: A systematic review and meta-analysis. Contact Lens and Anterior Eye. el 1 de diciembre de 2021;44(6).