La base de un examen ocular informativo es ser sistemático, organizado y minucioso.
Pero ¿cómo asegurarse de que se cubren todos los aspectos, al tiempo que se adoptan técnicas y herramientas probadas a lo largo del tiempo? He aquí ocho consejos para realizar el mejor examen y ofrecer a los pacientes una experiencia positiva.
1. Valorar la agudeza visual
En la consulta, la agudeza visual se mide monocularmente utilizando un optotipo de lejos. La visión de cerca se evalúa con tarjetas de visión de cerca. Asegúrese de que el optotipo esté bien iluminado.
Antes de empezar, pida al paciente que lleve la corrección adecuada. Disponga siempre de un estenopeico, ya que puede mejorar la visión afectada por la refracción no corregida.
Pida al paciente que lea la línea más pequeña posible. Si no puede leer el optotipo más grande, compruebe si el paciente puede contar los dedos (CD), ver el movimiento de las manos (MM) o percibir la luz (PL). Si trabaja con un niño pequeño que no puede hablar, evalúe la visión describiendo el reflejo de luz en el ojo: central, fijo o mantenido (CSM).
Central: El reflejo luminoso corneal está en el centro de la pupila.
Estable: Prueba de fijación en una fuente de luz en movimiento.
Mantenida: Prueba si la fijación se mantiene con el ojo que mira cuando se descubre un ojo previamente ocluido.
2. Examinar las pupilas
Evalúe ambas pupilas con luz ambiental.
Haga que el paciente fije en un objetivo distante para minimizar.
Compruebe si ambos ojos reaccionan por igual a la luz brillante constriñéndola y a la luz tenue dilatándola.
Compruebe si existe un defecto pupilar aferente relativo con la prueba de la linterna oscilante.
3. Evaluar la motilidad extraocular y la alineación
Pida al paciente que mire en las seis posiciones cardinales de la mirada y observe cualquier diferencia entre los dos ojos. Realice la prueba binocularmente para evaluar las versiones y monocularmente para evaluar las ducciones.
Utilice la prueba de coverr/uncover para evaluar la heterotropía y alterne la prueba de prisma cover para evaluar la cantidad total de desviación.
4. Medir la presión intraocular PIO
La tonometría de aplanación de Goldmann es el gold estándar y debe utilizarse siempre que sea posible. Si no está disponible, puede utilizarse la tonometría Tono-Pen. Un tonómetro de rebote (por ejemplo, iCare) es la mejor opción para examinar a los niños.
Evite ejercer presión sobre el globo al mantener abiertos los párpados del paciente para evitar elevar falsamente el globo.
Si se sospecha una rotura del globo, evite comprobar la presión intraocular.
5. Comprobar los campos visuales por confrontación
Evalúe cada cuadrante monocularmente haciendo que el paciente cuente el número de dedos que usted levanta. Si la agudeza es particularmente deficiente, haga que el paciente anote la presencia de luz.
6. Realizar examen externo
Comience por evaluar los párpados, las cejas y la parte media de la cara. Observe cualquier asimetría facial. La posición de las cejas se evalúa en relación con el reborde orbitario superior. La parte media de la cara se evalúa por la presencia de prominencia o comprobar si hay distopía del globo, exoftalmos o examinar la región periorbitaria en busca de lesiones que puedan requerir una comprobación de la posición del párpado midiendo la distancia del margen al reflejo.
Evaluar la presencia de lagoftalmos.
Realizar un examen completo de los nervios craneales en pacientes con síntomas neurológicos.
7. Examinar con lámpara de hendidura
Comience de adelante hacia atrás con los párpados, las pestañas y el sistema lagrimal.
A continuación, evalúe la conjuntiva y la esclerótica en busca de inyecciones, quemosis y lesiones inusuales.
A continuación, evalúe la cámara anterior y posterior para determinar la profundidad y la presencia de células, flare o hemo. Por último, evalúe el cristalino.
8. Realizar un examen de fondo de ojo
Evalúe la relación copa-disco del nervio óptico. Compruebe si hay adelgazamiento, palidez o elevación.
Evalúe la mácula en busca de un reflejo luminoso foveal, drusas, edema o exudados.
A continuación, evalúe el curso de los vasos y, por último, evalúe la retina periférica en busca de desgarros, agujeros, lesiones o cambios pigmentarios. En la lámpara de hendidura, las variaciones de un lente de 90 D o 78 D pueden proporcionar una visión ampliada para evaluar los cambios sutiles del nervio, los vasos y la mácula. Los lentes de 20 D o 28 D se utilizan para evaluar la patología retiniana periférica y proporcionan un campo de visión dinámico más amplio.
Artículo realizado por La dra. Duaa Sharfi, MD, oftalmóloga integral, completó su beca en oftalmología global en la Facultad de Medicina de la Universidad Emory de Atlanta. Se incorporó al subcomité YO International en 2023. Publicado en Academia Americana de Oftalmología. Adaptado y traducido por Grupo Franja.