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Luteína como potencial complemento en el tratamiento de la DMRE

Aunque se han identificado y caracterizado alrededor de 850 tipos de carotenoides en la naturaleza, solo una pequeña cantidad de ellos se encuentra en los tejidos humanos. Entre estos, luteína (L) y sus isómeros estereoisoméricos, zeaxantina (Z) y mesozeaxantina, son los únicos carotenoides presentes en la retina humana. Estos pertenecen a la clase de compuestos conocida como xantofilas, que contiene oxígeno y son menos hidrofílicos en comparación con la otra clase llamada carotenos, que son puramente hidrocarbonados y más hidrofílicos. (1)

La luteína se destaca como el carotenoide más prevalente tanto en el ojo como en el cerebro, mostrando niveles más altos en la retina en contraste con otros tejidos del cuerpo, con una diferencia de concentración aún más elevada de aproximadamente 1,000 veces más alta en la retina en comparación con el plasma. Específicamente concentrada en la mácula, la luteína experimenta un rápido descenso en la densidad hacia las áreas periféricas de la retina. En particular, la mácula alberga aproximadamente 2.5 veces más luteína que las regiones exteriores de la retina. Estos pigmentos maculares se encuentran en concentraciones elevadas en los axones de los fotorreceptores de la capa de fibras nerviosas de Henle y en los segmentos externos de los conos, áreas susceptibles a influencias relacionadas con la oxidación. (2)

En la mácula, la luteína desempeña el papel de filtrar la luz azul, contrarrestar la acción de los radicales libres y respaldar la función visual. En consecuencia, existe la posibilidad de que la luteína contribuya a la prevención de enfermedades oculares del adulto, como la degeneración macular relacionada con la edad y las cataratas seniles. Debido a esta razón, la investigación indica una fuerte correlación entre niveles elevados de luteína en los tejidos oculares o en el plasma y una disminución de la susceptibilidad a la degeneración macular relacionada con la edad (DMRE). Esto es especialmente relevante dado que la DMRE representa un riesgo creciente de ceguera en adultos mayores, posiblemente relacionada con la exposición excesiva a especies reactivas de oxígeno.2 Dado que la obtención de luteína a través de la dieta es fundamental, principalmente a partir de verduras de hojas verdes, frutas y yema de huevo, las investigaciones han explorado si incorporar luteína en las dietas podría prevenir la DMRE en personas sanas o mejorar las condiciones de los pacientes con DMRE. Por lo tanto, uno de los factores de riesgo para la DMRE es el bajo consumo regular de vegetales de hojas verdes y frutas. (2,3)

Diferentes investigaciones han mostrado resultados favorables sobre la luteína (L) en cuanto a la mejora de los niveles de densidad óptica del pigmento macular (DOPM), agudeza visual (AV) y sensibilidad al contraste (SC). Se ha explorado un posible papel protector de la L contra la DMRE. El Estudio de Enfermedades Oculares Relacionadas con la Edad 2 (AREDS2) es el ensayo controlado aleatorio (ECA) más importante y reciente que ha evaluado el tratamiento de la DMRE con la suplementación oral de vitaminas y micronutrientes, incluida la L. La suplementación oral original de AREDS ya había demostrado su eficacia en la reducción del riesgo de desarrollar DMRE avanzada. (3)

Para examinar el efecto de agregar L (10 mg/d) y Z (2 mg/d) a la fórmula original de vitamina C (500 mg), vitamina E (400 UI), betacaroteno (15 mg), zinc (80 mg) y cobre (2 mg), el estudio AREDS2 incluyó a más de 4000 individuos en riesgo de desarrollar DMRE avanzada. El ensayo no logró demostrar la eficacia de la L para reducir la progresión a DMRE avanzada o para mejorar la AV. Sin embargo, se observó una reducción del 26 % en el riesgo de DMRE avanzada en individuos en el quintil más bajo de ingesta dietética de L que también recibieron la suplementación de AREDS2, especialmente en sujetos con drusas grandes, la progresión de la DMRE se redujo significativamente en el grupo enriquecido con L. (3)

Con lo anterior se ha afirmado que la L desempeña un papel protector en la retina al filtrar la luz azul y actuar como antioxidante. La administración de luteína a modelos animales ha demostrado aumentar significativamente los niveles de enzimas antioxidantes y la capacidad antioxidante total. Además, tanto la luteína como otros carotenoides inhiben la producción de mediadores inflamatorios y especies reactivas de oxígeno. Estas propiedades antioxidantes han llevado a la sugerencia de que la luteína podría tener un efecto en la ralentización de la progresión de la DMRE y en el alivio de los síntomas.2

Se ha descrito que, en los estudios realizados, la falta de eficacia en la suplementación de L en pacientes con DMRE podría deberse a un tratamiento de duración insuficiente y/o dosis bajas. Los análisis indican la importancia de proporcionar luteína en dosis y períodos lo suficientemente largos; por ejemplo, dosis diarias de al menos 20 mg mostraron eficacia en 6 meses, en comparación con 1 año para dosis diarias de 10 mg. Sin embargo, también se han hecho reportes que indican que 10 mg de luteína tuvieron el mismo efecto que 20 mg al día. Estos resultados contrastados sugieren que la eficacia de la suplementación de luteína podría depender de varios factores. A pesar de esto, se ha demostrado que la luteína o la zeaxantina son seguras en humanos en dosis de hasta 20 mg por día. (2)

Con lo anterior se muestra la necesidad de generar mayor evidencia científica. Los diseños metodológicos heterogéneos han arrojado resultados contradictorios probablemente por la diversidad en las poblaciones de estudio. Otro factor a analizar es que la DOPM y la capacidad de respuesta a la suplementación de carotenoides podrían variar según las diferencias genéticas. Aún hay mucho por determinar al respecto. Lo que se puede decir hasta ahora de lo investigado, es que el consumo dietético de luteína (10 o 20 mg/día) durante más de 6 meses puede mejorar significativamente la (DOPM) y la agudeza visual en pacientes con DMRE. Esto es promisorio para estos pacientes y para el desarrollo de la ciencia. (2)

REFERENCIAS

1. Li LH, Lee JCY, Leung HH, Lam WC, Fu Z, Lo ACY. Lutein supplementation for eye diseases. Vol. 12, Nutrients. MDPI AG; 2020. p. 1–27. 

2. Feng L, Nie K, Jiang H, Fan W. Effects of lutein supplementation in agerelated macular degeneration. PLoS One. 2019 Dec 1;14(12).  3. Buscemi S, Corleo D, Di Pace F, Petroni ML, Satriano A, Marchesini G. The effect of lutein on eye and extra-eye health. Vol. 10, Nutrients. MDPI AG; 2018.

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