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InicioCATARATAManejo Integral del Paciente con Catarata y Glaucoma

Manejo Integral del Paciente con Catarata y Glaucoma

La coexistencia de catarata y glaucoma plantea uno de los mayores retos clínicos en la oftalmología contemporánea. Su manejo requiere una visión integral que distinga entre tipos de glaucoma (de ángulo abierto, cerrado o secundario), aplique criterios quirúrgicos personalizados y reconozca las implicaciones epidemiológicas en cada región. Esta necesidad motivó el desarrollo de una jornada educativa de alto nivel durante la Franja Ocular en Corferias, Bogotá, los días 15 y 16 de mayo, donde el programa ICAPS desempeñó un papel clave como herramienta de actualización para profesionales de la salud visual.

Durante el evento, se remarcó que los glaucomas de ángulo abierto y cerrado exigen abordajes completamente distintos. Por ejemplo, el primero puede beneficiarse de tratamientos con láser como la trabeculoplastia (SLT), mientras que el segundo requiere diagnóstico preciso mediante gonioscopía y puede incluso ameritar la extracción del cristalino, aunque esté transparente. No basta con saber qué medicamentos recetar; es imprescindible comprender las dinámicas anatómicas y fisiopatológicas de cada subtipo.

Epidemiología y prevalencia:El componente étnico y geográfico es crucial. En el Caribe latinoamericano, la alta prevalencia de glaucoma de ángulo abierto se correlaciona con la ascendencia afroamericana. Datos de Barbados revelan que un 7% de la población negra de 40 años ya presenta glaucoma avanzado, cifra que asciende al 12% a los 60 años. En República Dominicana, el Hospital Dr. Elía Santana reporta que la mitad de sus pacientes presentan glaucoma, reflejando una carga epidemiológica alarmante.

A nivel global, la ceguera por glaucoma aumentó de 4-5 millones en 2010 a 5.9 millones en 2021 (Lancet). En contraste, las cifras de ceguera por ángulo estrecho han descendido ligeramente, probablemente debido a avances en el diagnóstico precoz y el tratamiento quirúrgico. Sin embargo, en América Latina y el Caribe, la prevalencia combinada de glaucoma (ángulo abierto y cerrado) se mantiene en un 2.63%, incrementándose con la edad y los factores raciales.

Aunque la catarata sigue siendo la principal causa de ceguera en el mundo, es reversible. El glaucoma, en cambio, representa una amenaza silenciosa e irreversible, de ahí su apodo: “el ladrón silente de la vista”.

Diagnóstico clínico:

La clave del diagnóstico sigue siendo la gonioscopía. No es un examen complementario: es esencial. Solo ella permite evaluar con precisión la configuración del ángulo, la presencia de sinequias y el grado de cierre angular. Técnicas como la gonioscopía de indentación y la evaluación de Van Herick pueden determinar si un paciente puede dilatarse con seguridad o si requiere intervención inmediata. La historia clínica también debe indagar por síntomas como halos, dolor ocular o episodios de visión borrosa nocturna, signos de posibles cierres angulares intermitentes.

Clasificación y tipos:

Entre los glaucomas de ángulo cerrado se identifican el cierre por aposición, el cierre angular completo con sinequias y los cuadros intermitentes, como el glaucoma facomórfico. Este último ocurre cuando el cristalino crece y cierra la cámara anterior, elevando drásticamente la presión intraocular (PIO), con potencial riesgo de pérdida visual súbita.

El ataque agudo de glaucoma representa una urgencia quirúrgica. La PIO puede alcanzar los 60 mmHg, y el dolor irradiado al templo suele ir acompañado de náuseas, vómitos y pérdida visual severa. Signos como Glaucomfleken o sinequias anteriores indican daño estructural que puede evitarse con intervención oportuna.

Tratamiento y cirugía:El tratamiento ha evolucionado. El paradigma tradicional de gotas → láser → cirugía filtrante ha sido reemplazado por una nueva lógica: SLT desde el inicio, seguida por medicamentos o cirugía microinvasiva (MIGS). Estudios como el Light Trial han demostrado que iniciar con SLT es más eficaz a largo plazo.

La cirugía de catarata por sí sola puede ser terapéutica. En pacientes con ángulo estrecho, incluso con cristalino claro, su extracción mejora el ángulo y reduce la PIO. Herramientas como el anillo de Malyugin o los retractores de iris permiten manejar pupilas no dilatadas y realizar facoemulsificación segura en ojos complicados.

En casos de pseudoexfoliación, glaucoma pigmentario u otros secundarios, la cirugía combinada (catarata + trabeculectomía o MIGS) es una opción eficaz, como lo evidencian estudios sobre implantes como Pressure Flow o dispositivos subconjuntivales.

Presión meta:

El objetivo de presión intraocular varía según la severidad: 21 mmHg para hipertensos oculares, 18 para glaucomas leves, 15 para moderados y <12 mmHg para glaucomas avanzados. Esto exige un seguimiento estrecho y decisiones quirúrgicas personalizadas.

Formación y compromiso:

El Dr. Elía Santana, hospital escuela en República Dominicana, ejemplifica el impacto de la educación médica en zonas de alta carga de enfermedad. Con hasta 900 pacientes diarios, la mitad con glaucoma, su compromiso es formar profesionales capacitados para identificar y tratar esta patología silenciosa y devastadora.

En resumen, el manejo del paciente con catarata y glaucoma requiere actualización constante, dominio clínico, juicio quirúrgico y comprensión del contexto epidemiológico. La Franja Ocular en Corferias, con el respaldo del programa ICAPS, representa una plataforma esencial para consolidar estos conocimientos y promover la excelencia en la atención visual en América Latina.