La queratoconjuntivitis vernal (QCV) es una enfermedad crónica que afecta la superficie ocular, ya que compromete la conjuntiva y la córnea. Esta afección se caracteriza por presentar episodios remitentes en el proceso de inflamación. Se ha observado que la mayor frecuencia de esta patología se da en pacientes que viven en regiones cálidas y secas, en este caso generando la atención en Centroamérica y Suramérica. Por lo general, se manifiesta durante la primera década de vida, en especial entre los 6 y 7 años y tiende a desaparecer en la pubertad. A partir de aquí, surgen teorías etiológicas relacionadas con factores hormonales, siendo relevante destacar que se manifiesta con mayor frecuencia en hombres que en mujeres. (1)
En la presentación clínica de la QCV se pueden identificar principalmente tres fenotipos que son: tarsal, limbar, y mixto. Las papilas en el tarso, en el limbo (nódulos de Horner-Trantas) o en ambos, son clave para esta clasificación. Ver Figura 1. Aunque, la sintomatología de esta afección pueda superponerse con la de la conjuntivitis alérgica, la presencia de una fotofobia intensa, acompañada de dolor, puede ser una característica distintiva de la QCV. En casos severos, pueden manifestarse signos como úlceras en escudo, vascularización corneal, retraso en la reepitelización y disminución de la agudeza visual. En cuanto a las opciones de tratamiento, existe una amplia variedad de medicamentos que incluyen antihistamínicos tópicos y sistémicos, estabilizadores de la membrana de los mastocitos (tanto tópicos como sistémicos), AINES, corticosteroides e inmunomoduladores, que también están en la lista de opciones según la severidad de la presentación clínica y la respuesta o resistencia al tratamiento. (1,3)
Figura 1. Paciente con papilas gigantes.
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Justo en esta fase, cuando las manifestaciones son severas y el tratamiento muestra resultados negativos, junto con efectos secundarios de medicamentos como los corticoides o la toxicidad asociada con la administración crónica, se produce disminución en la calidad de vida de los afectados, lo que impulsa la búsqueda de alternativas para el manejo de estos pacientes. Por esta razón, surgen estrategias como el uso de omalizumab. Este medicamento, se trata de un anticuerpo monoclonal humanizado recombinante que reduce los niveles de IgE circulante al unirse a su dominio C3e. También disminuye la expresión de genes para los receptores de alta afinidad de IgE a nivel de los mastocitos y los basófilos. (2,4)
Omalizumab se ha indicado para prevenir exacerbaciones severas y reducir la necesidad de corticoides sistémicos. Este fármaco está aprobado para uso en pacientes mayores de 12 años, y se administra de manera sistemática en casos de asma grave y urticaria crónica intensa. Es esencial destacar que la aplicación del medicamento es subcutánea y posee una vida media de 26 días, lo que implica una administración cada 2 o 4 semanas. La dosis dependerá del peso del paciente, oscilando entre 150 a 375 mg, y también dependerá de los niveles de IgE en suero. (2,4)
Debido a lo mencionado anteriormente, se ha contemplado su aplicación a nivel ocular, como en el caso de la QCV. En este sentido, Manti et al., 2021, presentaron un reporte de casos que han sido manejados con omalizumab. Básicamente se trata de casos severos en donde la sintomatología del paciente era marcada, afectando su calidad de vida y a pesar de haber intentado diversos tratamientos como estabilizadores de membrana, corticoides, antihistamínicos e incluso ciclosporina A, la respuesta al tratamiento resultó resistente. Tras tres meses de tratamiento con omalizumab, se observó una mejoría significativa de los signos clínicos, con una disminución casi total de las papilas. Adicionalmente, los pacientes experimentaron un alivio sustancial de los síntomas. Los resultados positivos del tratamiento no solo fueron destacables por sí mismos, sino que también los autores señalaron que este avance sienta bases importantes para la eventual realización de ensayos clínicos aleatorizados a largo plazo, con el propósito de obtener una aprobación definitiva para el uso de omalizumab en el tratamiento de QCV resistente. (5)
Un escenario similar se presentó en el caso de Mozo Cuadrado et al., 2020, quienes documentaron un caso de QCV en un paciente de 14 años que presentó una falta de respuesta a tratamientos previos con olopatadina, dexametasona y ciclosporina. Para este paciente, se optó por la administración subcutánea sistémica de omalizumab cada 15 días, y posteriormente se ajustó a una frecuencia mensual según su evolución. Un factor preponderante para iniciar el tratamiento con este medicamento fue la presencia de niveles elevados de IgE en sangre. Los hallazgos cínicos más graves incluían la presencia de papilas de gran tamaño, nódulos de Horner-Trantas y úlcera en escudo, todos los cuales se resolvieron satisfactoriamente con el tratamiento. (2)
La QCV es una enfermedad cuyo proceso aún no está completamente comprendido; lo que se conoce es que la respuesta inflamatoria implica una liberación de citoquinas específicas que se están estudiando en la actualidad como biomarcadores. La respuesta positiva al omalizumab sugiere que, dentro de esta respuesta inmunológica, la IgE desempeña un papel importante, aunque incluso se han propuestos mecanismos autoinmunes para explicar la patología. La evidencia aún necesita fortalecerse para respaldar la aplicación de omalizumab en pacientes con QCV resistente.
Referencias
1. Brindisi G, Cinicola B, Anania C, De Castro G, Nebbioso M, Del Giudice MM, et al. Vernal keratoconjunctivitis: state of art and update on treatment. Acta Biomed. 2021;92:1–7.
2. Mozo Cuadrado M, Orive Bañuelos A, Etxebarria Ecenarro J. Vernal keratoconjunctivitis (VKC) successfully treated with omalizumab. J Fr Ophtalmol. 2020;43(6):e193–5.
3. Mehta JS, Chen WL, Cheng ACK, Cung LX, Dualan IJ, Kekunnaya R, et al. Diagnosis, Management, and Treatment of Vernal Keratoconjunctivitis in Asia: Recommendations From the Management of Vernal Keratoconjunctivitis in Asia Expert Working Group. Front Med. 2022;9(August).
4. Kırıkkaya E, Değirmenci P. Effects of omalizumab on allergic conjunctivitis. Int Ophthalmol. 2022;42(1):167–75.
5. Manti S, Parisi GF, Papale M, Marseglia GL, Licari A, Leonardi S. Clinical efficacy and safety of omalizumab in conventional treatment-resistant vernal keratoconjunctivitis: Our experience and literature review. Immunity, Inflamm Dis. 2021;9(1):3–7.