El estado de embarazo afecta cada órgano y sistema del cuerpo de la mujer, por los procesos adaptativos que requiere para la madre, el llevar dentro de sí, una nueva vida. Estos cambios tienen como propósito la protección del cuerpo materno, del feto, y la preparación progresiva para el parto. Para el caso particular del ojo, pese a ser un órgano inmunoprivilegiado y aislado, puede sufrir algunas modificaciones, que van desde inocuas a ocasionalmente patológicas.1,2,3
Entre los cambios patológicos que requieren especial atención se tiene la hipertensión inducida por el embarazo: casi todas las mujeres embarazadas manifiestan cambios vasculares, y de esos cambios, los hipertensivos cobran gran importancia. La hipertensión gestacional sucede entre el 5-11% de los embarazos, de los cuales, entre el 40-100% manifiestan retinopatía, donde los cambios en la retina dependen de la severidad de la hipertensión. En la tabla 1, se observan las características semiológicas de los cambios oculares inducidos por hipertensión.2
Tabla 1. Semiología ocular de la hipertensión en el embarazo, adaptado de: Figueiredo et al 2018.2
| udeza visual | Anormalidades arteriolares |
| Fotopsias | Desprendimiento de retina seroso. |
| Miodesopsias | Neuropatía óptica isquémica |
| Escotomas | Retinopatía hipertensiva en casos severos. |
| Diplopía |
Los episodios hipertensivos en el embarazo se presentan en diferentes formas; por ejemplo, se debe tener en cuenta si la madre tenía esta alteración como preexistencia, la cual puede empeorar en el período de gestación.
Entre las entidades relacionadas con hipertensión en la gestación se tienen: La preeclampsia, que se define como la presencia de hipertensión y proteinuria simultáneas, que se manifiesta generalmente posterior a las 20 semanas de gestación. Los factores de riesgo para esta entidad son: la avanzada edad de la materna, embarazo múltiple, diabetes mellitus, hipertensión crónica, y enfermedad renal. Cuando las pacientes con preeclampsia se agravan con episodios convulsivos, se dice que está en estado de eclampsia. De lo anterior parte la premisa de la importancia de identificar síntomas como la visión borrosa, diplopía, escotomas, y fotopsias transitorias; estos síntomas pueden predecir a una convulsión inminente en una mujer con preeclampsia, incluso en el período postparto. Dado lo anterior, se resalta la importancia de monitorear constantemente la retina de la gestante con preeclampsia, teniendo especial cuidado y atención, en el hecho de que el estímulo luminoso de este examen, puede precipitar los ataques convulsivos.
Las manifestaciones oculares ocurridas en hipertensión relacionada con el embarazo, son causados por los cambios en los niveles hormonales, isquemia por hipoperfusión, edema por hiperperfusión, daño endotelial, y autorregulación anormal. Es entonces importante resumir que, en la preeclampsia, los cambios tempranos preventivos son los espasmos arteriolares focales, seguidos de atenuación arteriolar. Posteriormente, los signos van avanzando a hemorragias, exudados blandos, edema retiniano y papiledema. Es necesario también monitorear la presión arterial de la materna, ya que no obstante los cambios en el ojo, también puede derivar en la muerte fetal. Ver figura 1.3,4
Figura 1. Atenuación arteriolar, edema del disco óptico, y desprendimiento seroso peripapilar.5
Para manejar apropiadamente esta entidad, se estima que la inducción del parto inmediato es la solución más beneficiosa para la madre, sin embargo, se debe tener en cuenta el estado de madurez del feto. Si el período normal del parto aún está lejos, el manejo médico está destinado al control de la hipertensión y al monitoreo de síntomas y signos visuales de alarma. Algunos criterios para inducir de emergencia el parto, para que no se llegue a daño visual y ocular irreversible son: progresión severa de la retinopatía, exudados algodonosos en todos los cuadrantes, con cambios arteriolares persistentes, diabetes mellitus, o enfermedad renal asociados a retinopatía proliferativa que amenace la visión, y hemorragia intravítrea inminente.2
CONCLUSIÓN
La hipertensión inducida por el embarazo, bajo las entidades de preeclampsia y eclampsia, pueden generar disturbios visuales y oculares significativos, que amenazan la visión de la madre, y la supervivencia del feto. Por ello, el monitoreo constante del fondo de ojo, puede revelar signos de alarma para inferir la transición de preeclampsia en eclampsia, protegiendo integralmente a la gestante y a su hijo, en términos de salud visual, y general.
REFERENCIAS
1. Arvind K Morya, Sonalika Gogia, Arushi Gupta, Sujeet Prakash, Kanchan Solanki, Anushree D Naidu. Motherhood: What every ophthalmologist needs to know. Indian J Ophthalmol [Internet]. 2020;68(8):1526–32.
2. Marcos-Figueiredo P, Marcos-Figueiredo A, Menéres P, Braga J. Ocular changes during pregnancy. Rev Bras Ginecol e Obstet. 2018;40(1):32–42.
3. Kalogeropoulos D, Sung VCT, Paschopoulos M, Moschos MM, Panidis P, Kalogeropoulos C. The physiologic and pathologic effects of pregnancy on the human visual system. J Obstet Gynaecol (Lahore) [Internet]. 2019;39(8):1037–48. Available from: https://doi.org/10.1080/01443615.2019.1584891
4. Naderan M. Ocular changes during pregnancy. J Curr Ophthalmol [Internet]. 2018;30(3):202–10. Available from: https://doi.org/10.1016/j.joco.2017.11.0125. Sánchez Vicente JL, Ruiz Aragón J, Nanwani K, Sánchez Vicente P, Guiote Linares JR, Díez Garretas C et al . Desprendimiento de retina en un caso de preeclampsia y síndrome HELLP. Arch Soc Esp Oftalmol [Internet]. 2003 Jun [citado 2021 Jun 17] ; 78( 6 ): 335-338. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0365-66912003000600010&lng=es.