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Complicaciones intraoperatorias en cirugía de cataratas MSICS

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Queratoprótesis en córneas con mal pronóstico visual

Cuando la córnea se encuentra en avanzado estado de enfermedad y descompensación, con alto riesgo de ceguera, se recurre a trasplante de córnea para que esta recupere nuevamente su funcionalidad. Sin embargo, existen casos en los cuales las variaciones de la queratoplastia, ya sea en términos de técnica lamelar o penetrante, presentan una alta probabilidad de falla o un pronóstico incierto en cuanto el resultado visual y la conservación de la salud del tejido trasplantado. Por esta razón, la selección de un paciente para esta cirugía tan especializada debe ser rigurosa, a fin de encontrar el candidato ideal. (1)

Con base en la premisa anterior, es posible implantar en el paciente una queratoprótesis (KPRO, por su sigla en inglés), la cual consiste en un material sintético (PMMA) cuya función es sustituir la porción central de la córnea severamente afectada. Esta prótesis permite restaurar la zona óptica del eje visual, eliminando la opacidad y brindando la posibilidad de recuperar la visión. A nivel de la comunidad científica, se les ha denominado “córneas artificiales”. Como se mencionó anteriormente, las KPRO se reservan para los casos de mayor riesgo, que incluyen: síndrome de Stevens-Johnson, penfigoide ocular, enfermedad injerto vs huésped, uveítis crónica, quemaduras químicas especialmente por álcalis y otras enfermedades autoinmunes que pueden causar una respuesta de rechazo inminente del tejido. (2) Ver Figura 1.

Figura 1. Enfermedades graves candidatas para queratoprótesis (KPRO). a. Necrólisis epidérmica post toxicidad. b. Post quemadura con ácido. c. Secuela post síndrome Stevens–Johnson. (1)

La evolución del proceso de implante ha dictado que los mejores resultados se obtienen al conjugar el dispositivo en un injerto corneal sano y fresco. Posteriormente, esta unión injerto polímero se sutura en el espacio correspondiente a la córnea residual del paciente, con una técnica muy similar al trasplante total de córnea. Teniendo en cuenta el tejido que le servirá de soporte a la KPRO, Krysik y colaboradores realizaron un estudio con el fin de evaluar dos técnicas quirúrgicas previas a la implantación de KPRO, que serán el sustento del material sintético de la queratoprótesis. Las técnicas en mención son: autoinjerto conjuntival limbar (CLAU, por su sigla en inglés) y aloinjerto queratolimbar. (KLAL, por su sigla en inglés). (2,3)

Así las cosas, las técnicas CLAU y KLAL se llevan a cabo con el fin de restaurar y mantener la homeostasis y, por ende, la integridad de la superficie ocular. Esto es fundamental para garantizar el éxito de la cirugía reconstructiva mediante KPRO, para que los resultados visuales tengan mejor pronóstico y no existan complicaciones inflamatorias severas que afecten todo el proceso. En el estudio se observaron resultados relevantes, mostrando mejoría significativa de la agudeza visual en el 31 % de los pacientes (n=43). Sin embargo, para los demás participantes, el incremento visual no fue importante o no cambio con respecto a la evaluación inicial. La complicación quirúrgica más frecuente fue la presencia de defectos epiteliales persistentes, los cuales cedieron con el tratamiento adecuado. Otras alteraciones adversas que se presentaron fueron: conjuntivalización corneal y neovascularización en el borde del injerto corneal.

En términos generales, la investigación refleja que el tratamiento previo mediante las técnicas CLAU y KLAL en superficies oculares severamente dañadas ayuda en gran medida al ojo para una mejor tolerancia cuando se implante la KPRO. Estos dos procedimientos suministrarán suficiente tejido circundante para fijar el implante de manera apropiada. Por otra parte, también se estableció que la reparación de los fondos de saco conjuntivales mejora la eficacia de los tratamientos tópicos. (3)

Chhadva y Cortina (2019) realizan una revisión con el fin de estimar los resultados a largo plazo derivados de la adaptación de KPRO. Entre las conclusiones más importantes, las investigaciones revisadas muestran que la KPRO provee buenos resultados visuales y estructurales a largo plazo en pacientes con córneas cuyo pronóstico es malo o tendiente a la ceguera y que no son buenos candidatos para queratoplastia. Se evidenció que las KPRO presentan resultados óptimos constantes en los primeros 5 años, y su mayor duración dependerá del monitoreo. (4) Ver Figura 2.

Figura 2. Queratoprótesis (KPRO) implantada en un paciente con deficiencia de células madre severa posterior a quemadura química.

De la anterior investigación, se determinó que la evaluación preoperatoria previa y un manejo perioperatorio esquematizado repercutirá en el éxito y pronóstico de la cirugía. Por otra parte, cuando se reportaron disminuciones significativas en la visión de los pacientes, en gran medida se debió al desarrollo y progreso maligno de glaucoma. Para estos casos de complicación agresivos, el implante de dispositivo para drenaje combinado con vitrectomía a nivel de la pars plana, es una opción bien tolerada para el control de la patología. En conclusión, las investigaciones han comprobado que las KPRO pueden representar la última esperanza de recuperación de visión y la homeostasis en enfermedades graves de la superficie ocular con mal pronóstico para trasplante. (4)