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InicioRETINALa retinosquisis juvenil ligada al cromosoma X

La retinosquisis juvenil ligada al cromosoma X

La retinosquisis juvenil ligada al cromosoma X (XLRS, por su sigla en inglés), es una patología congénita degenerativa recesiva, que se presenta exclusivamente en varones. Se estima una prevalencia de 1 en 5000 a 20000 o 30000. La causa principal identificada, consiste en mutaciones del gen RS1 localizado en la región Xp22. Este gen codifica para la producción de retinoquisina (RS1) que, al fallar, produce cambios esquíticos que atraviesan las capas internas de la retina. La pérdida de agudeza visual comienza a aparecer en la temprana infancia, especialmente en edad escolar, cuando se manifiesta dificultad al leer. Las mujeres son portadoras del gen defectuoso y permanecen por lo general asintomáticas. (1)(2)(3)

La proteína RS1 es secretora, de dominio discoide, de 224 aminoácidos. Se cree que está involucrada en la adhesión célula-célula, y en la neuroconducción. Está expresada en la superficie extracelular de los segmentos internos de conos y bastones, así como en las células bipolares, amacrinas, ganglionares, y en las dos capas plexiformes de la retina. Cuando el gen RS1 muta, afecta la adhesión celular, produciendo la división entre capas. (4)(5)(6)

En cuanto a la fisiopatología de la enfermedad, existen teorías que sugieren que, a nivel estructural, las fuerzas traccionales vítreas, combinadas con los defectos estructurales emanados de la mutación de la RS1, conllevan a la formación de las cavidades esquíticas. Otras teorías proponen que la interacción entre la RS1 y las bombas intracelulares de Na+/ K+ ATPasa, generan un desequilibrio del gradiente iónico, produciendo acumulación de líquido extracelular dentro de las cavidades de la esquisis. (5)(6)

Manifestaciones clínicas

Pese a que existe una amplia variedad fenotípica de la XLRS, un signo clínico característico es la esquisis foveal, que se caracteriza por tener aspecto de pequeños quistes centrales, que forman patrón de estrella o de estrías radiales, como los rayos de una rueda. Adicionalmente, la retinosquisis periférica se encuentra en el 50% de los pacientes, con mayor prevalencia en el cuadrante inferotemporal. Actualmente, la XLRS se clasifica en cuatro grupos fenotípicos, según las observaciones a través de la tomografía de coherencia óptica (OCT), de la siguiente manera: (7)

Tipo1: la esquisis es exclusivamente foveal, tipo 2: foveolamelar, sin compromiso periférico, tipo 3: complejo foveal, lamelar y periférica, y tipo 4: esquisis foveal y periférica, sin compromiso lamelar. (5)(6) Ver Figuras 1, y 2.

Figura 1. Retinosquisis foveal. Se observa el patrón de estrías radiales a la izquierda, (6) y de estrella a la derecha. (1)

Figura 2. La imagen de OCT de dominio espectral muestra XLRS tipo 2 (foveolamelar). Observe que la esquisis se presenta en fóvea, y se extiende más allá, con la división de las capas profundas, hasta la capa de fibras nerviosas. (5)

Tratamiento

No existe un protocolo específico para tratar la XLRS, algunos estudios sugieren el uso de inhibidores de la anhidrasa carbónica, como la dorzolamida, o la acetazolamida oral, que podrían eventualmente reducir el tamaño del quiste foveal, y, adicionalmente, facilitan el transporte de líquido a través del epitelio pigmentario, disminuyendo el volumen del espacio subretiniano, promoviendo de esta manera, la adhesión de las capas separadas. Aquellos pacientes que desarrollen hemorragia retinal o desprendimiento regmatógeno de retina, probablemente serán intervenidos mediante cirugía vítreoretiniana.1,8

El futuro del tratamiento está en la terapia génica, donde actualmente se están llevando a cabo ensayos para la transferencia de genes AAV8-scRS / IRBPhRS por un lado, o la evaluación de la eficacia de un virus vector que expresa RS1 (rAAV2tYF-CB-hRS1 (NCT02416622), por otro. Los tratamientos actuales aún no demuestran alta efectividad en la restauración de la visión.1,5

Conclusión

Como enfermedad degenerativa hereditaria, la retinosquisis debe estar incluida entre las patologías que requieren exploración profunda y especializada en niños con pérdida progresiva de la visión.

Referencias

  1. Retinoschisis XJ, Tsang SH, Sharma T. Cha Pte R 10. Springer Nat. 2018;
  2. Padrón-Pérez N, Català-Mora J, Díaz J, Arias L, Prat J, Caminal JM. Swept-source and optical coherence tomography angiography in patients with X-linked retinoschisis. Eye [Internet]. 2018;32(4):707–15. Available from: http://dx.doi. org/10.1038/eye.2017.281
  3. Grigg JR, Hooper CY, Fraser CL, Cornish EE, McCluskey PJ, Jamieson R V. Outcome measures in juvenile X-linked retinoschisis: A systematic review. Eye [Internet]. 2020;34(10):1760–9. Available from: http://dx.doi.org/10.1038/ s41433-020-0848-6
  4. Huang KC, Wang ML, Chen SJ, Kuo JC, Wang WJ, Nhi Nguyen PN, et al. Morphological and Molecular Defects in Human Three-Dimensional Retinal Organoid Model of X-Linked Juvenile Retinoschisis. Stem Cell Reports [Internet]. 2019;13(5):906–23. Available from: https://doi.org/10.1016/j. stemcr.2019.09.010
  5. Rao P, Dedania VS, Drenser KA. Congenital x-linked retinoschisis: An updated clinical review. Asia-Pacific J Ophthalmol. 2018;7(3):169–75.
  6. Wood EH, Lertjirachai I, Ghiam BK, Koulisis N, Moysidis SN, Dirani A, et al. The Natural History of Congenital X-Linked Retinoschisis and Conversion between Phenotypes over Time. Ophthalmol Retin [Internet]. 2019;3(1):77–82. Available from: https://doi.org/10.1016/j.oret.2018.08.006
  7. Sanz-Marco E. Angio-OCT findings in juvenile X-linked retinoschisis. Arch Soc Esp Oftalmol [Internet]. 2018;93(11):e76– 7. Available from: https://doi.org/10.1016/j.oftal.2018.02.008

8. Carr ER. Retinoschisis: splitting hairs on retinal splitting. Clin Exp Optom. 2020;103(5):583–9.