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Glaucoma + cannabis medicinal: una relación poco efectiva

Dados los cambios en las leyes acerca del uso de la marihuana, ha aumentado el número de pacientes que están solicitando a sus médicos prescripciones o autorizaciones para usar el alucinógeno con fines terapéuticos.


 

En el caso de la Oftalmología, la situación se da para tratar el glaucoma, pero después de varios años de estudio, a finales de 2014, la Academia Americana de Oftalmología, la FDA, el National Eye Institute y varias sociedades conceptuaron que la marihuana es menos efectiva que otras terapias actuales que existen para tratar el glaucoma, por tanto su uso es inapropiado para tratar la enfermedad. A continuación, se presenta la evidencia científica de los últimos 40 años, recopilada por el Dr. Marc F. Lieberman, y que sustenta que la inhalación de marihuana es una terapia inapropiada para el glaucoma porque “es claro que no hay una razón terapéuticamente útil para reducir la presión intraocular (PIO) crónica con marihuana. Animo a los oftalmólogos a que eduquen sus pacientes, se abstengan a prescribir marihuana, a no hacer daño”, exhortó el especialista.

De acuerdo con los resultados, el efecto reductor de la PIO es modesto. Aunque la marihuana tenga una concentración de 2% de THC, en más de la mitad de los usuarios la PIO se reduce 20% a 30%, pero es un efecto temporal, que se disipa después de tres a cuatro horas, por lo que se requeriría fumar más de 3000 cigarrillos al año para tratar el glaucoma.

ANTECEDENTES


A principios de 2014, en muchas partes de Estados Unidos ya se había aprobado el uso de la marihuana con fines médicos, para tratar: enfermedad de Crohn, estrés postraumático, epilepsia, alzhéimer, náuseas por quimioterapia, caquexia por SIDA o cáncer, espasticidad de la esclerosis múltiple, dolor artrítico y reducir la PIO.

 

Sin embargo, mucha de esta evidencia ha sido testimonial, no causada por ensayos clínicos controlados, lo que ha causado críticas y rechazo por parte de varias sociedades científicas en especial porque no se han utilizado los mismos protocolos que se han exigido históricamente para la prescripción de fármacos y rutinariamente por la FDA:

 

• No existe estandarización para la determinación de la potencia, pureza o composición de la marihuana.

• No se han establecido horarios de dosificación óptimos.

• No existe información acerca de la tolerancia o dependencia de la marihuana.

• A diferencia de los medicamentos estándar con un solo compuesto activo, la marihuana contiene cientos de elementos distintivos.


• Como es el único medicamento para fumar, hay preocupación por los efectos a largo plazo sobre el sistema respiratorio, además de los posibles contaminantes con hongos o herbicidas, sobre todo cuando se recomienda para pacientes inmunocomprometidos por SIDA o en riesgo por cáncer.

• Los sistemas actuales de dispensación son inseguros y pueden entregar la marihuana con fines recreativos, incluso a menores de edad.

 

La sociedad puede creer que la marihuana no causa un daño significativo o que la dependencia solo se da en 9% como han publicado quienes defienden el fármaco. Es muy preocupante con los adolescentes, que están en riesgo después del uso crónico a largo plazo, con una reducción de su coeficiente intelectual permanente de unos 10 puntos cuando tengan entre 20 y 30 años.
 
EL GLAUCOMA

Dados los reportes anecdóticos desde 1971 de que la marihuana habría ayudado a disminuir la PIO se empezó a estudiar esta relación y otros efectos oculares. Aunque su inhalación maximiza la absorción de THC, las concentraciones variables de esta sustancia más el riesgo de cáncer y el daño pulmonar a largo plazo no hace viable su uso, además se ha visto que no todos los pacientes tienen la misma tolerancia a la marihuana y entonces, deben fumar más. Por este motivo, también se analizaron los efectos oculares con diferentes mecanismos de administración (intravenoso, oral, tópico) pero los resultados no han sido concluyentes para saber si el efecto se da sobre el sistema nervioso central o periférico (mediado por el simpático o el parasimpático) incluso si las prostaglandinas actúan sobre la circulación uveal, con un efecto circulatorio. De otra parte, los efectos colaterales del tratamiento del glaucoma con marihuana son muy fuertes, con efectos sicotrópicos (euforia/ ansiedad), alteración de la coordinación, de la percepción espacio-temporal, de la memoria a corto plazo yproblemas cognitivos. Así mismo, produce hipotensión arterial y taquicardia para compensar la frecuencia cardiaca.
 

COMPOSICIÓN QUÍMICA


La marihuana contiene más de 480 compuestos químicos.


Por ejemplo, la cannabis sativa contiene 27 compuestos nitrogenados, 18 aminoácidos, 3 proteínas, 6 glicoproteínas, 34 azúcares, 50 hidratos de carbono, 7 alcoholes simples, 13 aldehídos, 13 cetonas, 21 ácidos simples, 22 ácidos grasos, 12 esteres simples, 1 lactona, 11 esteroides, 12 terpenoides, 25 fenoles no cannabnoides, 21 flavonoides, vitamina A, 2 pigmentos, 9 elementos y ácidos nucleicos. Pero lo que caracteriza a la marihuana es su peculiar composición química, rica en compuestos aromáticos (sustancias terpenoides, flavonoides y cannabinoides).

• Flavonoides: intervienen en la coloración de la planta y tienen muchas funciones como protectores de la radiación solar, el metabolismo, protección frente a los herbívoros, atracción de polinizadores y animales dispersores de semillas, etc.


• Terpenoides: dan los diferentes aromas y sabores e influyen en los efectos psicoactivos.


• Cannabinoides: son los compuestos más característicos de la planta. Los cannabinoides más relevantes son:

– THC (Δ9-THC+Δ8-THC), delta-9-tetrahidrocannabinol: es el principal ingrediente psicoactivo y se le atribuyen propiedades medicinales para tratar el glaucoma. Los efectos psicoactivos varían dependiendo de la dosis y pueden ser de tipo psicodélico, estimulante y eufórico, con diferentes efectos secundarios (taquicardia, ansiedad, miedo, tensión, desconcentración y paranoia).

Como es el principal ingrediente activo, se suele usar para medir el potencial de acción de la marihuana. Las concentraciones típicas de THC son de menos del 0,5% para un cáñamo inactivo, del 2 al 3% para la hoja de marihuana y del 4 al 8% para los cogollos. Las concentraciones son más elevadas en extractos, tónicos y hachís. Las dosis terapéuticas por vía oral comprenden desde 2,5 a 20 mg de THC y un cigarrillo mediano puede (un gramo de hoja con un 2,5% de THC) contener 25 mg de THC. De acuerdo con investigadores, más de la mitad se pierde con el humo, reduciendo la dosis inhalada a unos 10 mg. Sin embargo, ha aumentado el uso de vaporizadores de reducción de humo que permiten una mayor cantidad de la administración de fármacos que en el pasado.

Por las características de las dosis que se necesitan para tratar el glaucoma, la academia ha concluido que el uso de la marihuana es inapropiado para reducir la PIO, porque tiene un bajo potencial neuroprotector (11%) en comparación con la variedad de agentes farmacéuticos existentes.



– CBD (cannabidiol): con efectos sedantes, ansiolíticos, antipsicóticos, antiepilépticos, antiinflamatorios, antidistónicos, antieméticos. Modula los efectos del THC.


– CBG y CBC (cannabigerol y cannabicromen): el CBG es el precursor de todos los otros cannabinoides como el THC, CBD y CBC. Su efecto es sedante y antiinflamatorio.

• THCV (tetrahidrocannavarina): con efecto antagonista cannabinoide, inhibe los efectos del THC, por lo que una marihuana con este compuesto tendrá muy poco efecto psicoactivo. Reduce la compulsividad, aumenta el gasto de energía corporal, es anticonvulsionante y regenerador hepático.


• Cannabinoides ácidos (THCA, CBDA, etc.): no son psicoactivos, la planta produce cannabinoides ácidos y con el secado o el calor acaban transformándose en cannabinoides neutros (THC, CBD, etc.).


SEGURIDAD Y OTROS ASPECTOS SOCIALES


El perfil de seguridad de la marihuana es inquietante y recuerda a las de las drogas recreativas legales: el alcohol y el tabaco, cuyos principales objetivos son los jóvenes, que se convertirán en “clientes de por vida”. Se ha calculado que los costos del alcohol, en términos de pérdida de productividad, delincuencia y daño a la salud, son más altos que los de todas las drogas ilegales juntas. La disponibilidad es sensible a los precios, sobre todo para los adolescentes. Así, al extrapolar la evidencia se observa que haber aumentado los impuestos sobre el alcohol ha servido para reducir las muertes relacionadas con el alcohol en Alaska y se ha calculado que una caída de 10% en el precio de la marihuana se correlaciona con un aumento de 3% -5% en el número de menores de edad que empiezan a fumar. Es decir, si los impuestos y regulaciones pueden elevar el costo de la marihuana legal, se podría ayudar a reducir la exposición de los adolescentes a la dependencia a largo plazo y al consiguiente deterioro neurológico.

El consumo de marihuana se ha implicado en la duplicación del riesgo de accidentes de tráfico. Así mismo, alarma a los epidemiólogos la tasa de 9% de dependencia de los fumadores (32% entre los consumidores de tabaco). Siguen siendo preocupantes los efectos no fatales de lesión respiratoria, enfermedades cardiovasculares, trastornos del desarrollo cognitivo y enfermedades psiquiátricos a largo plazo. Ahora, el aumento de la potencia de THC y los vaporizadores de reducción de humo permiten que haya una mayor cantidad del fármaco que antes.

• Las advertencias: si a pesar de las campañas de salud pública, los adultos continúan fumando cigarrillo, entonces hay temor de que la industria de la marihuana que está emergiendo siga la “hoja de ruta de los beneficios”: negar el potencial de adicción, restar importancia a los efectos adversos para la salud conocidos, crear rápidamente un mercado grande y proteger su mercado a través de un agresivo lobby, contribuciones a campaña políticas, etc.

 

CONCLUSIONES


La AAO recuerda a los oftalmólogos y al público en general que no recomienda la marihuana u otros productos derivados del cannabis para el tratamiento del glaucoma. Con base en los análisis científicos del National Eye Institute, el Instituto de Medicina y otras instituciones, no se ha hallado evidencia científica que demuestre la validez de la marihuana como tratamiento eficaz a largo plazo para el glaucoma respecto a los medicamentos recetados que están disponibles y los métodos quirúrgicos conocidos.

“Los oftalmólogos deben proporcionar tratamientos que le darán a los pacientes los mejores resultados, con base en la evidencia científica”, comentó el glaucomatólogo Gregory L Skuta, MD, presidente de la Academia Americana de Oftalmología. “No existe ninguna investigación hasta la fecha que demuestra que la marihuana puede ofrecer este nivel de eficacia”.


Los efectos de la marihuana podrían empeorar la salud ocular, causando hipotensión arterial, pérdida secundaria de la visión y aumento del riesgo de cáncer y otras patologías oftálmicas.

 

REFERENCIAS
1. Hepler RS, Frank IR. Marihuana Smoking and IOP. JAMA 1971;217:1392.
2. Flom MC, Adams AJ, Jones RT. Marihuana Smoking and Reduced Pressure in Human Eyes: Drug Action or Epiphenomenon? Invest Ophthalmol 1975;14:52-55.
3. Merritt JC, Crawford WJ, Alexander PC, et al. Effect of Marihuana on IOP and Blood Pressure in Glaucoma. Ophthalmology 1980;787:222-228.
4. Green K. Marijuana Smoking vs Cannabinoids for Glaucoma Therapy. Arch Ophthal 1998;116:1433-1437.
5. Kaufmann PL. Editorial: Marijuana and Glaucoma. Arch Ophthalmol 1998;116:1512-1513,1433-1437.
6. Y 28 referencias más a disposición.

 
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