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InicioOFTALMOLOGÍA GENERALMANIFESTACIONES OCULARES DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON

MANIFESTACIONES OCULARES DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON

La enfermedad de Parkinson (EP) es una patología neurodegenerativa progresiva, que se caracteriza por la pérdida de las neuronas dopaminérgicas en la sustancia negra. Teniendo en cuenta los desórdenes neurodegenerativos, la EP ocupa el segundo lugar en frecuencia, seguida por la enfermedad de Alzheimer. Entre los síntomas característicos de la EP, se encuentra la bradiquinesia, rigidez, y temblor. Adicionalmente, también se pueden presentar indicios de discapacidad cognitiva, alteraciones en el estado de ánimo, trastornos del sueño, y síntomas de depresión. Se ha sugerido una asociación entre la EP y alteraciones en el tallo cerebral subcortical.1,2

En cuanto a las manifestaciones oculares relacionadas con la EP, se han afirmado varias cosas; entre ellas, que pueden existir síntomas como la sensación y quemazón en los ojos, defectos en el campo visual o alucinaciones ópticas. También se han detectado alteraciones motoras como la insuficiencia de convergencia y alteraciones en los movimientos sacádicos y de seguimiento. Con lo anterior, es preciso resaltar que los defectos motores en la EP no son tan obvios y requieren de estudios más profundos. De hecho, existen reportes en donde se afirma que en la EP la fijación constante puede ser interrumpida por intrusiones sacádicas como la sacudida de onda cuadrada, que básicamente se trata de la realización de movimientos sacádicos involuntarios desde y hacia el punto de fijación, con un intervalo intersacádico de 200 m y una amplitud de 0.5° a 5°.3,4

Imagen tomada de Jung et al., 2019.4

PARÁMETROS DE EVALUACIÓN

Con base en lo anterior, Zhang et al., 2021, desarrollaron una evaluación de la motilidad sistematizada para detectar anomalías motoras en los pacientes con EP. Como resultados principales, encontraron cinco parámetros de evaluación significativamente diferentes en EP con respecto a los controles. Estos fueron: frecuencia de sacudida de onda cuadrada, latencia de sacadas hacia abajo, latencia de sacadas hacia arriba, exactitud de la sacada hacia arriba, y ganancia en la persecución suave. Los autores describen que, al combinarse estos cinco parámetros, se estableció una sensibilidad diagnóstica del 78.3 %, y una especificidad del 95.2 %. También se observó que, con relación a la progresión y duración de la enfermedad, se ven mayores anomalías en las sacadas hacia arriba. Lo anterior puede ser un paso importante en la determinación de biomarcadores motores para el diagnóstico de EP.1

Por su parte, Borm et al. (2022), realizan una investigación con el fin de identificar pacientes con EP y su relación con alteraciones oftalmológicas no detectadas, que eventualmente podrían ser relevantes en el manejo integral del afectado. En una muestra de 102 personas, se detectó que el 92 % tenían uno o más hallazgos oftalmológicos relevantes. De los cuales, el 77 % tenían alteraciones con el potencial de amenazar la visión, mientras que el 34 % tuvo el potencial de ser tratado oftalmológicamente con el correspondiente impacto en la calidad de vida.3

Al caracterizar las anomalías oftalmológicas, las más prevalentes fueron: ojo seco (86 %), estrabismo (50 %) e insuficiencia de convergencia (41 %). Ante esto, los autores recomiendan realizar valoración oftalmológica integral a los pacientes con EP, ya que la aplicación de cuestionarios en sintomatología y/o calidad de vida pueden ser insuficientes a la hora de identificar alteraciones serias en los ojos y el sistema visual.3

Ahora bien, al ser la EP una neurodegeneración, es pertinente pensar en cambios en la retina como exponente principal del sistema nervioso a nivel ocular. Por lo anterior, se justifican alteraciones en la sensibilidad al contraste, en la visión, o en la percepción del color. Las anteriores fallas en la función visual se deben probablemente a la pérdida de células dopaminérgicas en la retina. En este sentido, se conoce que la dopamina se encuentra en las células amacrinas y en las interplexiformes, las cuales residen en las capas nuclear interna (CNI) y plexiforme interna de la retina (CPI). Por esta razón, Young et al. (2019), realizaron un estudio con el fin de evaluar la estructura retinal, para identificar cómo afecta a esta estructura la pérdida de células dopaminérgicas.2

Como resultados relevantes, el estudio reveló que no se encontró asimetría en la morfología foveal con respecto al grupo control, asimismo, no hubo cambios en el espesor foveal. Lo anterior es una inconsistencia con otros estudios donde se observó lo contrario. Sin embargo, a través de un modelo predictivo, se estableció la significancia entre el sexo, EP, y las regiones: central de 1mm, y temporal externa de la rejilla ETDRS. Según estos resultados, se deben realizar mayores estudios que puedan descubrir las causas de las diferencias en los reportes actuales, y la estandarización y determinación de escalas en el OCT para unificar las medidas y establecer patrones de alteración como biomarcadores potenciales de diagnóstico.2

Teniendo en cuenta lo anterior, se observa una gran cantidad de alteraciones oftalmológicas que aún se catalogan como inespecíficas en la EP. Lo cierto, es que, en el monitoreo de estos pacientes, es fundamental la valoración oftalmológica completa destacando la motilidad, y resaltando el diagnóstico de la función sacádica, asimismo, la determinación de aspectos en la función visual como agudeza visual, sensibilidad al contraste, visión cromática, y la valoración de la estructura retiniana a través de OCT. Lo anterior con el apoyo de neurología y neurooftalmología.

REFERENCIAS

1.        Zhang JY, Zhang B, Ren QG, Zhong Q, Li Y, Liu GT, et al. Eye movement especially vertical oculomotor impairment as an aid to assess Parkinson’s disease. Neurol Sci. 2021;42(6):2337–45.

2.        Young JB, Godara P, Williams V, Summerfelt P, Connor TB, Tarima S, et al. Assessing Retinal Structure in Patients with Parkinson’s Disease. J Neurol Neurophysiol. 2019;910(1):1–15.

3.        Borm CDJM, Werkmann M, de Graaf D, Visser F, Hofer A, Peball M, et al. Undetected ophthalmological disorders in Parkinson’s disease. J Neurol [Internet]. 2022;269(7):3821–32. Available from: https://doi.org/10.1007/s00415-022-11014-0

4.        Jung I, Kim J-S. Abnormal Eye Movements in Parkinsonism and Movement Disorders. J Mov Disord. 2019;12(1):1–13.