Prácticamente, una de cada 10 mujeres en Reino Unido presenta el síndrome de ojo seco, por lo que deben usar lágrimas artificiales en colirio o gel para lubricar y proteger los ojos, encontraron investigadores del Hospital St. Thomas de Londres.
La prevalencia, frecuencia y severidad del síndrome de ojo seco se evaluaron a través de cuestionarios que se enviaron a esas mujeres. Pero al mismo tiempo, se seleccionaron al azar 681 gemelas de la cohorte, a quienes se les hizo un estudio de la predisposición al dolor crónica, para encontrar más información acerca de la sintomatología y su estado de salud a través de una escala de cinco puntos.
De acuerdo con los investigadores, se altera la percepción del dolor y se presenta somatización. Los síntomas incluyen la sensación de cuerpo extraño, con ardor y molestias visuales. Una décima parte de las mujeres (9,6%) han sido diagnosticadas con el síndrome de ojo seco, tratándose en general con lágrimas artificiales en colirio o gel. Pero también, una de cada cinco (20,8%) mujeres había experimentado estos síntomas en los últimos tres meses.
El análisis demostró que la prevalencia de un diagnóstico de ojo seco aumentaba con la edad, de 2,7% entre las mujeres de 30 años a 20% entre las de 90 años.
La edad, la cirugía de catarata, la degeneración macular relacionada con la edad y el glaucoma se relacionaron mucho con la patología así como el uso de lentes de contacto. También se encontró que enfermedades autoinmunes como los problemas de tiroides, artritis reumatoide y las alergias (asma y eczema) tienen un alto riesgo de presentar ojo seco. Además, se asociaron los problemas de fertilidad, los derrames cerebrales y la osteoartritis.
Pero también se encontraron fuertes asociaciones con los síndromes de dolor a largo plazo, como el síndrome de intestino irritable, el dolor pélvico y la fibromialgia. Las personas con estas enfermedades suelen presentar también depresión y migraña, de por si factores de riesgo para presentar ojo seco.
En general, las mujeres respondieron que su salud sería mejor si no tuvieran esos síntomas porque les afecta para ver TV, conducir, trabajar con el computador y estar en ambientes con aire acondicionado o muy secos (p<0,0005).
Los investigadores concluyeron que el síndrome de ojo seco fue más común entre las mujeres y que tiene un impacto significativo sobre la calidad de vida percibido (p=0,001).
Concluyen que si se tratara la causa y no los síntomas, no se necesitarían tantos lubricantes oculares.
Publicación original: Br J Ophthalmol doi:10.1136/bjophthalmol-2014-305201